lunes, 31 de agosto de 2015

Segunda etapa: Benajarafe -Vélez Málaga.

¡Hola caminantes!

Tras mucho tiempo sin poder actualizar, queremos compartir con vosotros uno de los tramos de la Gran Senda de Málaga del que pudimos disfrutar allá por diciembre. Con esta entrada queremos saludar definitivamente a nuestro ilusionante proyecto. 

¡Comenzamos (de nuevo)!

Partimos desde la urbanización La esperanza, en Benajarafe, donde caminamos por su paseo marítimo, que coincide con el antiguo trazado del ferrocarril. Tras un rato dejamos a nuestra izquierda la “Torre Gorda o Torre Moya”, torre de vigilancia del siglo XVIII.

Continuamos junto a la carretera y en ocasiones por la playa hasta llegar al arroyo de Iberos, por cuyo lecho fuimos un pequeño tramo, abandonándola para acceder a la vía pecuaria “vereda del Camino Viejo de Málaga a Vélez”. Aquídonde atravesamos cultivos a los lados, y fue difícil avanzar por los charcos formados debido a los turnos de riego. Incluso vivimos una particular aventura: ayudar a un precioso cachorro de gato a cruzar, por lo que nos recompensó con generosos arañazos =P 

 
La Torre del Jaral
Vadeamos otro arroyo, cruzamos el camping Valle Niza y llegamos al Castillo del Marqués, que hoy es la Escuela de Hostelería. ¡Nuestro amigo gatuno inseparable detrás!

Cruzamos la carretera y comenzamos a ascender, tras cruzar otro arroyo, de forma acusada, hasta llegar a la Torre del Jaral, desde donde teníamos buenas vistas. Y el gato, por supuesto. La pena de esta zona fueron unos depósitos de plástico altamente contaminantes y tristemente abundantes que estaban abandonados en mitad del monte.

  
Puente del XVIII

Después bajamos, atravesando el puente del siglo XVIII (con algún televisor arrojado bajo el mismo). Tras un paseo atravesando Tajo Pinto y Monte Azul llegamos a Almayate, donde definitivamente el gato nos abandonó, parece ser que la carne que estaban asando unos vecinos era más grata que nuestra compañía. Hicimos una parada para comer en "Lo Pepe Molina" sitio que recomendamos muchísimo, (incluso para nuestra compañera hubo opciones de comida sin gluten, eso sí, tenéis que decir que sois celiacos) 

Antiguo puente ferroviario de Vélez


Complejo Arqueológico de Toscanos
Continuamos hacia el este, dejando el toro de Osborne a nuestra izquierda, por más caminos entre cultivos, donde vimos a un par de caballos absolutamente demacrados y en los huesos, en una suerte de establo. Llegamos así a los complejos arqueológicos de la zona, como el de Toscanos, de mediados del siglo VIII a.C. (de escasa visibilidad tras las vayas)

Algo más adelante cruzamos el río Vélez por el antiguo puente ferroviario. Zona especialmente bonita del recorrido. 

Tras cruzar el río seguimos junto a su cauce hacia el norte, en dirección a Vélez. Y nos dieron una grata bienvenida todos los perros de la zona, con sus ladridos y gruñidos, en particular recordamos la de un perro enano que tras esconderse bajo una puerta, nos ladró con todas sus fuerzas ¡bien enseñao que estaba!

Finalmente llegamos al núcleo urbano de Vélez por la rotonda en la que se encuentra el monumento a la Constitución de 1812. 

Monumento a la Constitución

Finalizamos nuestra etapa recorriendo todo el pueblo bajo las luces navideñas.

Ermita de Vélez




¡Muy buen día el que pasamos! Tocaba hacer noche en Vélez y continuar con nuestra tercera etapa a la mañana siguiente.






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